Huayna Cápac, padre de Huáscar y Atahualpa, ascendió al trono en el año 1481, a los 30 años de edad. Era afable y muy querido por sus vasallos; se le admiraba por su valentía y prudencia, y se le temía por ser un implacable conquistador. Tuvo más de cien hijos varones y unas cincuenta mujeres. Con la hija del señor principal de Quito, engendró a Atahualpa, mientras que Huáscar nació en Qosqo (Cusco), producto de la unión con la coya Rahua Ocllo, su hermana y segunda mujer legítima, ya que la coya de mayor edad no le había podido dar descendencia.
Huayna Cápac gobernó por más de tres décadas continuando con su política de extensión territorial y fortaleciendo la organización estatal iniciada por su padre Túpac Inca Yupanqui, gran conquistador y estadista. Éste, quiso llevar a cabo una ambiciosa expedición militar de conquista hacia la zona selvática de Madre de Dios con más de 40.000 guerreros, para ensanchar las fronteras de imperio al Antisuyo. Pero está demostrado que las fuertes resistencias de las tribus aborígenes, mas la difícil geografía de los torrentosos ríos, así como las selvas tupidas e impenetrables, el excesivo clima cálido y todo tipo de parásitos y alimañas, obligó a las diezmadas huestes incas a pactar con el Gran Yaya, señor y cacique de las tribus de la región del Paititi.
Según la leyenda, testimonio de dicho convenio fue la construcción de la ciudad llamada Paiquinquin Qosqo, «ciudad gemela de Cusco», en la meseta del Pantiacolla, como último puesto de penetración en la selva, conectada con Paucartambo por siete tambos y pucaras a lo largo del camino.
Al pie de la ciudad se construyó una laguna de forma cuadrada para asegurar los recursos hídricos. Este lugar, considerado como un santuario por los lugareños, se encontraba al lado de una gran cascada y de una montaña atravesada por profundas cavernas. No obstante, no debemos confundir esta penetración inca en la selva como la fundación real de Paititi. En realidad, el verdadero Paititi es una ciudad intraterrestre, establecida antes que la propia aparición del Imperio Inca por supervivientes de la Atlántida.
Por ejemplo, las propias leyendas cuentan que del interior de las grutas se veía salir a hombre muy altos vestidos de blanco o con trajes de color ocre. Así, la avanzada inca no solamente tuvo que solicitar autorización de los indígenas de la zona, sino también, a los habitantes de los subterráneos o los «guardianes primeros». Se decía que estos, los Paco Pacuris, eran sobrevivientes de una civilización que se extendió por toda la región amazónica y que representaban a una humanidad intraterrestre…
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