Desde que se estableció el reino intraterreno de “Agartha” cuya capital seria Shamballa, muchos personas con espíritus elevados de nuestro mundo han sido convocados a unirse al Gobierno Interno Positivo del Planeta. Los llamados a llegar a estos Retiros o ciudades intraterrenas pertenecen a muchas religiones, escuelas y filosofías, algunos incluso poseerían altos rangos jerárquicos a los que obviamente renuncian una vez que se integran a este reino del universalismo. Precisamente con todos ellos se ha ido formando lo que se conoce actualmente como “La Gran Hermandad Blanca de los Retiros Interiores” o “Gobierno Interno Positivo Planetario”. Algunos permanecen allí aislados y otros, eventualmente se infiltran en nuestra sociedad para tomarle el pulso a los acontecimientos, y enlazar a nuevos convocados.
La Hermandad Blanca está formada por una serie de Hermandades que actúan como equipos de trabajo que cumplen en la Tierra funciones especificas, como por ejemplo el mantener la luz y el conocimiento a pesar de todo el esfuerzo de aquellas fuerzas de oposición que permanentemente conspiran contra la humanidad, destruyendo o desvirtuando sistemáticamente la información. Otras se encargan de canalizar las energías de todos los grupos que trabajan comprometidamente en la superficie, dependiendo de la frecuencia vibratoria de las mismas, entre éstas destaca la Hermandad de Los Siete Rayos, que en la zona del Lago Titicaca (Puno-Perú) posee un retiro conocido como “La Abadía”, y cuyo portal de ingreso seria una gigantesca formación rocosa donde se encuentra tallada la Puerta de Hayumarka o “El Portal de Aramu Muru”. Un pórtico inmenso que a manera de puerta ciega resulta un enigma al que no ha sido iniciado en el conocimiento de las Siete Leyes y Principios Universales. Quien llega a dicho lugar en la actitud correcta y obedeciendo a un llamado interior, habiéndose purificado y preparado, podrá no solo abrir el portal utilizando el poder de la palabra o la magia del verbo (los mantrams adecuados), sino que conectará con los túneles y galerías cercanos, que llevan al sitio preciso donde será recibido por los maestros.
En las espesas y húmedas selvas del Manu en el Madre de Dios, también en el Perú, se encuentra otro retiro ubicado precisamente en el Valle de la Luna Azul (Valle de Cosñipata), llamado “El Paititi” o “El Corazón del Corazón”, cuyo nombre secreto es según los guardianes de éste retiro: “Quañachoai”; y en donde los últimos Incas se refugiaron llevando su sabiduría huyendo de los conquistadores europeos, con la esperanza de que al cabo de quinientos años de purificación planetaria, tal como decía una profecía conocida como “el Pachacuti”, todo volvería a su justo orden y el Inca volvería a gobernar.
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