En nuestro caso la telepatía es dirigida y controlada por los Guías Extraterrestres, ellos orientan sus ondas mentales con fuerza hacia las mentes de aquellos a quienes rastrean desde tiempo antes, y a la vez les leen el pensamiento, llevándose ellos todo el esfuerzo mental.
La telepatía consiste en la transmisión de pensamientos a distancia, de cerebro a cerebro, y no requieren idioma alguno, son solo ideas y es eso lo que reciben los miembros de Misión Rahma cuando son contactados por los Guías Extraterrestres, viéndose impulsados a escribir lo que ven en su mente, mientras sienten en su cuerpo como si se produjeran pequeñas descargas eléctricas anotando todo lo que viene a su mente con inusitada rapidez, mientras el cerebro va interpretando el mensaje automáticamente. Toda esta instrumentalización se llama Sicografía (escritura automática), y es una forma de complicar algo que es muy sencillo, y que es la comunicación al nivel de pensamientos. Sin embargo, este método, tiene la ventaja de que podemos dejar constancia escrita de las comunicaciones, para su análisis y estudio posterior, al igual que sirve para corroborarlas con las comunicaciones recibidas por otras personas.
La telepatía es una facultad de percepción extrasensorial, que todo ser humano posee en potencia, en estado latente y que puede ser despertado a través de una actitud correcta, así como a través de ejercicios y abstenciones que purifiquen en parte los sensores naturales. Toda persona tendrá a lo menos alguna anécdota suya con respecto a la telepatía, pues es muy común que entre familiares se compartan o se comuniquen pensamientos, sin mediar palabras; que a través del lazo familiar íntimo se lean la mente en alguna ocasión ganándole en velocidad a las palabras.
La telepatía y las demás facultades conocidas como los suprasentidos existen, pero no han sido aprehendidas por nosotros, debido sencillamente a que nadie nos ha dicho abiertamente que los tenemos y menos aún que los podemos desarrollar. Actualmente la parapsicología, que ya es estudiada en algunas Universidades como ciencia experimental, busca comprender estos fenómenos y redescubrir el potencial del hombre, y decimos «redescubrir» (o sea volver a encontrar) lo que antes la humanidad poseía pero ha olvidado.
Nosotros en Rahma, partimos del punto de que todos tenemos la capacidad mental aunque sea dormida de trasmitir los pensamientos sin necesidad de chocarnos con las barreras de los idiomas. Esta capacidad está latente como hemos dicho, y si bien no está desarrollada al punto de permitirnos enviar con fuerza nuestros pensamientos, si podemos prepararnos un poco como para poder recepcionar. Es decir, captar a manera de receptores en esta antena natural que es nuestra mente.
Como segundo punto está el hecho, que para nosotros no necesita más demostración, (aún cuando nuestros Guías saben que los recién llegados sí la necesitan), es el de la presencia de seres provenientes de otros mundos, dimensiones o planos de los que el ser humano no puede percatarse a través de su existencia material. Estas comprobaciones las entregan nuestros Guías extraterrestres, en la medida de nuestro despertar de conciencia y del compromiso profundo del integrante de la Misión, consigo mismo, para salir de su situación de ignorancia.
Y como tercer punto está el que estos seres, algunos de ellos de mayor estado de evolución, tienen hacia nosotros intenciones de ayuda, de apoyo, y de recordar al hombre el peligro inmediato en el que se encuentra, por la falta de vivencia práctica del humanismo, por la falta de relaciones humanas más humanas.
Aquí podría surgir nuevamente la afirmación sobre la que se basan los detractores de la presencia y comunicación con extraterrestres, al decir que «no nos traen nada nuevo»… y decimos nosotros que tampoco lo pretenden. Ellos no pueden encaminar nuestra evolución, pero nos hacen llegar su apoyo y consejo como de hermanos mayores, con mayor experiencia que la nuestra, pues nos hablan con conocimiento de causa. Y su experiencia radica en haber cometido antes que nosotros los mismos errores, y como aclaramos, ellos no van a impedir que por nuestro propio esfuerzo salgamos de ellos o desaparezcamos en el intento.
Respetan pues nuestra libre determinación, pero por ser seres superiores, con una gran elevación espiritual, su alto grado de conciencia les pide no solo ayudarse a sí mismos sino venir en pos de aquellos que de una forma u otra están en momentos culminantes de su evolución, como lo está la Tierra.
Al hombre moderno no le gusta que le digan qué tiene que hacer, menos que se lo recuerden. El ha creado a Dios a imagen y semejanza suya, muy hecho a su medida de comprensión y paciencia, es el momento de dejar ya de tanto humanizar a Dios y comenzar ya a divinizar al hombre», o sea dar al hombre la oportunidad de descubrir su aptitud inmensa dentro de él, y él permitirse de una vez el realizar el sentido para el cual ha sido creado.
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