Una vez que los Pleyadianos y los Sirios se encargaron de la vigilancia del planeta, la influencia de Luzbel se dejó sentir nuevamente, esta vez sobre un grupo de doscientos pleyadinos del comando de Semiasas, para que transgredieran el orden, dejándose llevar por la sensualidad propia de un planeta paradisíaco y de vibraciones extrañas a ellos. Así, ellos cometieron una gravísima infracción al tener relaciones sexuales con los seres humanos de la Tierra, algo que estaba estrictamente prohibido por las graves consecuencias que pondrían en peligro, una vez más, la consecución del proyecto. Esto ocurrió en el Monte Hermón.
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