Cada quién se encuentra en un distinto momento de evolución, y a todos nos puede beneficiar la observación de los distintos procesos. Además, nadie se encuentra realmente aislado del resto, sino que más bien la idea es la interacción continua y constante. Por ello nadie que sea maestro se puede haber saltado la etapa del discipulado; y no habrá quien habiendo sido buen discípulo, desperdicie la oportunidad de crecer aprendiendo a ser buen maestro.
La humanidad se encuentra en la condición de discípulo de la vida. Hoy por hoy todo nos enseña, todo nos dice algo si sabemos mantener los sentidos despiertos, tanto los físicos como los internos. El momento actual ha dispuesto la liberación del conocimiento y la accesibilidad del mismo, con el riesgo de los errores propios de la abundancia de información, mucha de ella contaminada.
Después de una etapa caracterizada por la abundancia de los maestros, escuelas y organizaciones, hoy por hoy todo apunta al despertar del maestro interno, aquel que no nos engaña y que nos puede ayudar a discernir e intuir la verdad que hay detrás del momento actual y de cuanto por allí circula. Esta es una etapa con experiencias insólitas, encuentros impensados y revelaciones asombrosas, a las que cada uno debe abrirse por sí mismo tomando la parte que le toca y que está en capacidad de digerir.
En los grupos de contacto hemos continuado recibiendo mensajes de los Guías Extraterrestres, pero en ellos se nos ha venido insistiendo sobre la necesidad de prepararnos para vivir contactos con los maestros intraterrestres; contactos propios de la etapa vigente de la Misión de Contacto. Como estos contactos han sido avalados por experiencias de campo, nos hemos abierto a éstas experiencias las cuales también se han venido multiplicando en cantidad e intensidad. Por ello, podemos hablar en éste momento de una conexión intraterrestre.
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