Manco Cápac y Mama Ocllo, según la leyenda, bajo las órdenes del Astro Solar, emergieron del lago Titicaca para cumplir con su intención de ser la guía y orientación de los pueblos que vivían en estado de barbarie.
Estos enigmáticos personajes poseían un bastón de oro, y donde se detenían, lo clavaban en la tierra. En un determinado punto, el bastón se hundió totalmente: se había encontrado el lugar propicio para iniciar el desarrollo de una de las culturas más importantes del mundo. Así se habría iniciado el Imperio del Tawantinsuyo (Tawa significa cuatro, y Suyo, región).
Debemos mencionar que Manco Cápac y Mama Ocllo, ya desde niños, habían sido preparados previamente por los mensajeros celestes, fuera de la Tierra. Por tanto la misión que ellos tenían de sembrar las bases de una avanzada civilización en Sudamérica era parte de un proyecto que procuraba la activación del legado de la Hermandad Blanca y la futura protección del Disco Solar. Los Incas, tendrían esta misión suprema: proteger la sagrada herramienta que une los tiempos.
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